Inmunoterapia: el punto de partida
La historia de Emily Whitehead, una niña de seis años tratada en 2012 con células CAR-T en el Hospital Infantil de Filadelfia, marcó un antes y un después. Estas células inmunes modificadas genéticamente atacaron su leucemia de manera precisa, logrando su remisión total. Hoy, más de una década después, sigue libre de cáncer.
Las terapias CAR-T fueron el primer gran paso hacia un tratamiento personalizado. Sin embargo, su efectividad ha sido limitada en algunos tipos de cáncer, especialmente los tumores sólidos como los de mama o páncreas. Además, los efectos secundarios severos y las complicaciones fatales en ciertos casos han generado preocupación.
Nuevas estrategias terapéuticas en desarrollo
Ante estas limitaciones, la investigación ha seguido avanzando, dando paso a nuevas tecnologías que están ampliando el arsenal contra el cáncer. Entre ellas destacan:
Radiomedicinas o radioterapias dirigidas
Imaginemos un taxi que lleva un paquete a una dirección concreta: así funcionan los radiofar-macos, medicamentos que transportan elementos radiactivos directamente al tumor. Estos compuestos se fijan a proteínas específicas que sólo están presentes en las células cancerosas, minimizando daños al tejido sano.
Un ejemplo exitoso es Pluvicto, usado para el cáncer de próstata. También está Lutathera, indicado para tumores neuroendocrinos. Estos tratamientos están ofreciendo mejoras significativas en la calidad de vida de los pacientes, según expertos del Memorial Sloan Kettering Cancer Center.
Conjugados anticuerpo-fármaco
Otro enfoque interesante es el de los conjugados anticuerpo-fármaco. Actúan como llaves maestras que abren la puerta del tumor para introducir sustancias tóxicas únicamente en él. Ya hay más de una docena de estos medicamentos aprobados por la FDA para distintos tipos de cáncer.
Vacunas terapéuticas basadas en mRNA
La tecnología de vacunas de mRNA, popularizada por las vacunas COVID-19, está encontrando su lugar en oncología. Empresas como BioNTech están desarrollando vacunas como BNT116, diseñadas para estimular el sistema inmune contra el cáncer de pulmón. Estas vacunas son altamente personalizables, adaptándose a las características genéticas de cada tumor.
Según el doctor Siow Ming Lee del University College London Hospitals, estas vacunas podrían representar un gran avance en el tratamiento de tumores resistentes.
microRNA y terapia génica
Los microRNA son pequeñas moléculas que regulan genes implicados en el crecimiento tumoral. Bloquear aquellos que favorecen la proliferación del cáncer podría detener su avance. Investigadores como George Calin trabajan en medicamentos que interfieren directamente en estos mecanismos genéticos.
Obstáculos y riesgos en el camino
Como toda innovación, estos nuevos enfoques también traen sus propios desafíos. En el caso de las radioterapias dirigidas, uno de los principales problemas es la escasez de radioisótopos y la necesidad de personal altamente especializado para manipularlos con seguridad.
En cuanto a la terapia basada en microRNA, identificar con precisión cuál de estas moléculas está afectando a cada tipo de cáncer sigue siendo una tarea compleja.
A esto se suma un problema preocupante: la desinformación. Algunos pacientes llegan a las consultas convencidos de supuestas «curas milagrosas» promovidas por compañías que venden terapias sin validación clínica. La oncóloga Kathrin Dvir se enfrenta a este fenómeno casi a diario.
El futuro está en las combinaciones
Los expertos coinciden en que el próximo gran paso en oncología será combinar diferentes estrategias terapéuticas. Ensayos clínicos ya están probando combinaciones de inmunoterapia, radioterapia y vacunas para mejorar resultados sin aumentar la toxicidad.
La clave estará en encontrar la fórmula justa, como una receta de cocina que requiere equilibrio perfecto entre ingredientes para obtener el mejor sabor sin efectos indeseados.
Una esperanza basada en evidencia
Si bien el camino hacia tratamientos definitivos para todos los tipos de cáncer es largo, los avances actuales ya están marcando una diferencia significativa en la vida de muchos pacientes. Lo importante, según los especialistas, es mantener la rigurosidad científica y alejarse de falsas promesas.
Cada nueva herramienta, desde los CAR-T hasta las vacunas mRNA, representa un paso hacia una medicina más precisa, humana y adaptada a cada individuo. Y aunque los desafíos no faltan, la dirección es clara: transformar el tratamiento del cáncer en algo cada vez más eficaz y menos agresivo.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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