30 de junio de 2025

Beber con moderación también acorta la vida: lo que dice la ciencia ahora

Nuevas cifras, nuevas alarmas

Un estudio reciente publicado en el Journal of Studies on Alcohol and Drugs, dirigido por el reconocido experto Dr. Tim Stockwell, ha encendido las alarmas sobre los riesgos del consumo de alcohol, incluso en pequeñas cantidades. Según los datos obtenidos, beber apenas dos tragos por semana podría reducir la esperanza de vida entre tres y seis días.

Y la situación empeora rápidamente con el aumento del consumo:

  • 7 bebidas semanales (una por día): podrían restar unos 2,5 meses de vida.
  • 35 bebidas semanales (aproximadamente cinco por día): podrían reducir la expectativa de vida en hasta dos años.

Estas cifras se basan en promedios poblacionales, es decir, podrían variar de persona a persona. Pero el mensaje es claro: incluso lo que muchos consideran un consumo moderado puede tener consecuencias duraderas.

Cuestionando creencias arraigadas

Durante décadas, la idea de que beber con moderación podría ser saludable se repitió en estudios, medios y publicidad. Algunas investigaciones sugerían que el vino tinto, por ejemplo, podía proteger el corazón gracias a compuestos como el resveratrol.

Pero los expertos aclaran que buena parte de esa información estaba basada en interpretaciones incompletas o en estudios con fallos metodológicos. Hoy, con métodos más rigurosos y una visión más amplia, la ciencia está corrigiendo el rumbo.

El Dr. Stockwell y su equipo señalan que esos supuestos beneficios para la salud cardiovascular probablemente estaban influidos por otros factores, como estilos de vida saludables entre quienes beben poco, o errores estadísticos al analizar los datos.

El verdadero costo del alcohol

Más allá de acortar la vida, el alcohol se relaciona con una larga lista de enfermedades. Aun en pequeñas cantidades, incrementa el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo el de mama, hígado, colon y boca.

También puede afectar negativamente el hígado, el sistema inmunológico y el funcionamiento del cerebro, alterando el sueño, el estado de ánimo y la capacidad cognitiva a largo plazo.

Compararlo con otros hábitos puede ser revelador. Sería como decir: «Fumar solo dos cigarrillos a la semana no es tan malo». Sabemos que incluso esa pequeña cantidad de tabaco no es inocua. El mismo principio aplica al alcohol.

Redefiniendo la moderación

Una de las reflexiones clave que propone esta investigación es repensar qué significa «moderación». Lo que antes se aceptaba como una cantidad segura, ahora se reconsidera bajo otra luz.

No se trata de moralizar o imponer abstinencia, sino de informar con claridad y permitir que las personas tomen decisiones más conscientes. Si sabemos que incluso dosis pequeñas pueden tener un impacto, cada quien podrá evaluar si ese trago «ocasional» realmente vale la pena.

Impacto social y cultural

El alcohol no solo está presente en fiestas o celebraciones, sino también en reuniones laborales, cenas familiares y eventos sociales. Está profundamente arraigado en nuestras costumbres. Pero eso no significa que sea inofensivo.

La investigación también invita a cuestionar cómo se publicita el alcohol, muchas veces asociado a bienestar, éxito y relajación. Cambiar esta narrativa es un paso importante para promover una relación más saludable con el consumo.

Alternativas para quienes buscan reducir

Para quienes deseen reducir el consumo, hoy existen muchas opciones atractivas:

  • Bebidas sin alcohol con sabores complejos, como cervezas artesanales 0.0% o vinos desalcoholizados.
  • Cócteles sin alcohol («mocktails») con ingredientes naturales y frescos.
  • Rutinas sociales que no giren en torno a la bebida: caminatas, juegos de mesa, cine en casa.

Adoptar una perspectiva consciente puede mejorar no solo la salud física, sino también la emocional. No es cuestión de renuncia, sino de ganancia.


La noticia Beber con moderación también acorta la vida: lo que dice la ciencia ahora fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.


☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

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