17 de junio de 2025

El impacto silencioso: cómo la pérdida del embarazo afecta las oportunidades laborales de las mujeres

Pérdida y desigualdad: una doble carga

La investigación del ONS analizó el estado laboral y el salario mensual de mujeres que experimentaron distintos tipos de pérdidas gestacionales, incluyendo abortos espontáneos, muertes neonatales, embarazos ectópicos y embarazos molares. Los resultados mostraron una tendencia constante: las mujeres no solo enfrentan un duelo emocional, sino también un deterioro en su situación económica.

Estas cifras apuntan a una desigualdad estructural en el entorno laboral. Tras perder un embarazo, muchas mujeres ven reducida su participación en el mercado laboral o acceden a empleos peor remunerados. Esta brecha se mantiene incluso a mediano plazo, lo que indica que el impacto no es pasajero.

Juicios erróneos que cuestan caro

Joeli Brearley, fundadora de la organización Pregnant Then Screwed, explicó que muchas mujeres son percibidas como menos competentes desde el momento en que anuncian un embarazo, incluso si este no llega a término. Esta percepción persiste, alimentando un sesgo que influye en las decisiones de contratación, ascensos o asignación de tareas.

Es como si el dolor de la pérdida viniera acompañado de una etiqueta injusta: «menos comprometida», «emocionalmente frágil», «no confiable». Estas etiquetas se traducen en menos oportunidades y en una desconexión progresiva del mundo laboral.

Un tabú que perpetúa la discriminación

La conversación sobre la pérdida gestacional sigue siendo un tabú en muchas oficinas. Las mujeres suelen optar por el silencio, temiendo ser juzgadas o que se cuestione su profesionalismo. Esta falta de visibilidad impide que las empresas comprendan el impacto real de estas experiencias y limita la implementación de políticas de apoyo.

Es como si se tratara de una herida invisible: está ahí, duele, pero no se reconoce ni se atiende. El resultado es una cultura laboral que ignora el duelo reproductivo y lo transforma en una carga silenciosa.

Hacia un entorno laboral más empático

Contar con políticas laborales inclusivas y sensibles al duelo gestacional no solo es una cuestión de justicia, sino también de productividad y bienestar general. Apoyar a una empleada que ha pasado por una pérdida no significa darle privilegios, sino reconocer su humanidad y brindarle el espacio necesario para procesar su experiencia.

Esto puede traducirse en bajas adecuadas por duelo, horarios flexibles, acceso a apoyo psicológico y una cultura de trabajo donde hablar de estos temas no sea visto como debilidad. Un entorno así permite que las personas regresen con más fuerza y compromiso, en lugar de ser empujadas hacia la marginación laboral.

Un cambio necesario y posible

Este estudio no solo muestra una realidad preocupante, sino que también abre la puerta a la acción. Las empresas, los responsables de políticas públicas y la sociedad en general tienen la oportunidad de romper con los estigmas y construir un sistema laboral que valore la experiencia femenina en todas sus facetas, incluidas las más dolorosas.

Transformar la manera en que se gestiona la pérdida gestacional en el trabajo es un paso importante hacia la igualdad real. Es hora de mirar este tema con la seriedad que merece y trabajar para que ninguna mujer tenga que elegir entre su salud emocional y su estabilidad económica.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

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