23 de junio de 2025

Un giro inesperado en la historia neandertal: ¿fue el cosmos su verdugo?

Un campo magnético debilitado y una teoría radical

Agnit Mukhopadhyay, físico espacial de la Universidad de Michigan, ha planteado una explicación fuera de lo común: que una inversión geomagnética llamada el evento de Laschamp, ocurrida hace 41.000 años, debilitó drásticamente el campo magnético terrestre. Como resultado, la radiación cósmica y ultravioleta habría penetrado más intensamente en la atmósfera terrestre, generando condiciones ambientales más duras para los Neandertales.

Este debilitamiento permitiría la aparición de auroras boreales visibles en gran parte del planeta, y aumentaría la exposición a rayos UV. La teoría sostiene que los Homo sapiens pudieron sobrellevar mejor estas condiciones gracias a la ropa ajustada, el uso de ocre como bloqueador solar primitivo y la vida en cuevas, lo que les daría una ventaja adaptativa.

La ropa, la piel y los mitos

Uno de los argumentos centrales de esta teoría se basa en que los Neandertales no usaban ropa ajustada, y por tanto estaban más expuestos a la radiación. Pero esta afirmación es más frágil de lo que parece. Aunque no se han encontrado agujas de coser directamente asociadas a Neandertales, existen pruebas contundentes de que procesaban pieles animales.

Herramientas como raspadores y cuchillos de piedra, utilizadas para el curtido de pieles, demuestran un conocimiento avanzado en la elaboración de vestimenta. Aun sin agujas, podían haber empleado ligaduras o espinas para sujetar las pieles al cuerpo, creando prendas funcionales. La supervivencia en climas fríos, como los que dominaron Europa durante el Paleolítico, habría sido imposible sin algún tipo de protección corporal.

El uso del ocre: más que cosmética

Mukhopadhyay también atribuye una ventaja a los Homo sapiens por su uso del ocre, pigmento mineral rojizo con propiedades protectoras frente al sol. Sin embargo, este «protector solar prehistórico» no era exclusivo de nuestra especie.

El ocre ha sido hallado en contextos arqueológicos neandertales de hace más de 100.000 años, tanto en Europa como en el Levante. Su aplicación podría haber tenido funciones simbólicas, médicas, repelentes de insectos o incluso decorativas, lo cual apunta a una cultura compleja y diversa.

Un ejemplo llamativo es el de una concha perforada y pintada con ocre encontrada en la Cueva Antón (Murcia, España), atribuida claramente a Neandertales. Esto refuerza la idea de que compartían prácticas simbólicas y tecnológicas con los sapiens.

Más sapiens que Neandertales

Otra pieza clave del rompecabezas es la demografía. Los Homo sapiens eran muchos más. Y cuando dos grupos humanos comparten territorio durante miles de años, lo que ocurre no siempre es una extinción violenta, sino una asimilación paulatina. Las evidencias genéticas actuales muestran que los Neandertales no desaparecieron por completo, sino que parte de su ADN está presente en poblaciones modernas.

Por tanto, hablar de «extinción» puede ser inapropiado. En realidad, hubo una fusión evolutiva.

La tecnología como factor diferencial

Donde sí hubo una diferencia significativa fue en el uso de armas de proyectil. Los Homo sapiens desarrollaron lanzas arrojadizas, propulsores y, más adelante, arcos. Esto les permitió cazar desde la distancia, una ventaja decisiva en entornos abiertos.

Los Neandertales, en cambio, parecen haberse especializado en la caza de corto alcance, lo que implica riesgos mayores y una menor adaptabilidad a diferentes ecosistemas.

¿Radiación letal? Las dudas de la arqueología

El principal problema con la teoría de Mukhopadhyay es la falta de evidencia arqueológica que respalde un colapso demográfico coincidente con el evento de Laschamp. Ni los restos humanos ni los de fauna muestran un patrón de mortalidad masiva en esa época.

Si la radiación solar hubiera sido tan letal, también habría afectado a los Homo sapiens que vivían en zonas cálidas de África, donde ni las cuevas ni la ropa ajustada eran comunes. Pero eso no sucedió.

Neandertales: adaptativos y resilientes

Lejos de la imagen de seres torpes, los Neandertales fueron una especie adaptativa, resistente y culturalmente rica. Durante más de 300.000 años sobrevivieron a múltiples glaciaciones, cambios ecológicos extremos y hasta otros eventos geomagnéticos como el evento de Blake, hace 120.000 años.

Desarrollaron herramientas especializadas, dominaron vastos territorios y compartieron rasgos simbólicos con los sapiens. Su desaparición, por tanto, fue probablemente el resultado de múltiples factores combinados: presión demográfica, competencia tecnológica, mezclas genéticas y tal vez también cambios ambientales, pero no de un solo golpe de radiación solar.

La idea de que el cielo «mató» a los Neandertales es sugerente, pero los datos actuales apuntan a una historia más compleja y humana. Entender esa historia no sólo nos ayuda a conocer nuestro pasado, sino a reconocer los matices de la evolución humana y a valorar las aportaciones de todas nuestras ramas ancestrales.


La noticia Un giro inesperado en la historia neandertal: ¿fue el cosmos su verdugo? fue publicada originalmente en Wwwhatsnew.com por Natalia Polo.


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