8 de julio de 2025

El cerebro adulto sí genera nuevas neuronas, y este hallazgo cambia lo que sabíamos sobre la memoria

¿Qué es la neurogénesis y por qué importa?

La neurogénesis es el proceso mediante el cual se generan nuevas neuronas a partir de células madre o progenitoras. Durante mucho tiempo se pensó que este fenómeno solo ocurría en la infancia, cuando el cerebro aún está en desarrollo. Sin embargo, desde hace algunos años, distintos estudios en animales han demostrado que ciertas áreas del cerebro, como el hipocampo, mantienen la capacidad de producir nuevas neuronas incluso en la edad adulta.

El hipocampo es una especie de «centro de control» de la memoria y las emociones. Allí se consolidan los recuerdos episódicos (como lo que hiciste ayer o dónde aparcaste el coche) y se gestionan aspectos clave del aprendizaje. Por eso, la confirmación de que en esta zona siguen formándose neuronas resulta especialmente relevante.

El estudio que lo confirma: neuronas nuevas hasta los 78 años

El nuevo trabajo fue liderado por científicos del Instituto Karolinska y la Universidad Tecnológica de Chalmers, ambas en Suecia. Utilizaron muestras de tejido cerebral de personas de diferentes edades, hasta los 78 años, y aplicaron técnicas avanzadas de análisis de ARN para observar la actividad celular. ¿El hallazgo clave? Encontraron células progenitoras neuronales activas en el giro dentado del hipocampo, lo que indica que siguen generando nuevas neuronas durante toda la vida.

Estas células progenitoras pueden considerarse como «semillas neuronales», capaces de dividirse y madurar hasta convertirse en neuronas funcionales. Para confirmar su presencia, los investigadores usaron aprendizaje automático y clasificaron las células según su etapa de desarrollo, desde su estado más inmaduro hasta su transformación en neuronas jóvenes en plena división.

¿Qué significa esto para nuestro cerebro adulto?

Este descubrimiento tiene muchas implicaciones. Por un lado, confirma que nuestro cerebro adulto es más plástico de lo que se pensaba. Es decir, tiene una capacidad continua para adaptarse y remodelarse, algo fundamental no solo para aprender cosas nuevas, sino también para recuperarse de lesiones o enfrentar trastornos mentales.

Por otro lado, el estudio reveló que la velocidad de neurogénesis varía entre personas. Algunos individuos producen nuevas neuronas a un ritmo más rápido, lo cual podría estar relacionado con su capacidad de aprendizaje, su personalidad o su predisposición a ciertas enfermedades mentales. Aunque esta hipótesis aún necesita más investigación, plantea un camino interesante para entender la diversidad de funciones cerebrales en adultos.

¿Cómo se identificaron estas neuronas?

Uno de los puntos fuertes del estudio fue el uso de análisis transcriptómico, que permite observar qué genes están activos en cada célula del tejido cerebral. Al comparar los perfiles genéticos de las células humanas con los de otras especies (ratones, cerdos y monos), los investigadores pudieron confirmar similitudes claras en el proceso de formación de neuronas. Esto refuerza la idea de que la neurogénesis adulta es un fenómeno evolutivamente conservado.

Hasta ahora, muchos estudios solo habían detectado la presencia de neuronas jóvenes sin poder demostrar de dónde provenían. Este nuevo trabajo cierra ese círculo al identificar las células progenitoras de origen, aclarando el proceso completo desde la «semilla» hasta la neurona funcional.

¿Podría esto ayudar a tratar enfermedades?

El hallazgo también tiene un potencial enorme para la medicina. Algunas enfermedades como el Alzhéimer, la depresión o incluso la ansiedad crónica podrían estar relacionadas con una menor producción de nuevas neuronas. Estimular la neurogénesis podría convertirse en una estrategia terapéutica en el futuro.

Aunque el estudio no analizó directamente la relación entre neurogénesis y trastornos mentales, sí incluyó muestras de personas con historial psiquiátrico o neurológico. Esto deja la puerta abierta a investigaciones futuras sobre cómo aprovechar esta capacidad del cerebro para diseñar tratamientos regenerativos personalizados.

Un proceso que se ralentiza con la edad

Otra observación interesante fue que, aunque la neurogénesis continúa durante toda la vida, su ritmo disminuye con el envejecimiento. Es como si el cerebro tuviera un jardín que sigue floreciendo, pero cada vez con menos intensidad. Aun así, el simple hecho de que este jardín siga activo hasta la vejez es una excelente noticia.

Esta ralentización también podría estar relacionada con factores externos como el estrés, la alimentación, la actividad física o incluso la calidad del sueño. Estudios anteriores ya habían sugerido que correr, aprender cosas nuevas o socializar ayudan a mantener este proceso activo.

Un nuevo enfoque para comprender la mente humana

El hecho de que el cerebro adulto conserve la capacidad de generar nuevas neuronas redefine nuestra visión sobre el envejecimiento mental. Ya no se trata solo de evitar la pérdida de neuronas, sino también de entender cómo podemos estimular su nacimiento y su integración en los circuitos existentes.

Así como el cuerpo necesita ejercicio y buena nutrición, el cerebro también se beneficia de una vida activa, curiosa y estimulante. Este estudio nos recuerda que el aprendizaje no tiene fecha de caducidad y que, literalmente, nunca es tarde para formar nuevas conexiones cerebrales.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

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