22 de julio de 2025

El lenguaje secreto de las plantas: cómo hablan sin palabras

Un murmullo químico: los VOCs

Imagínate que tu vecina fríe ajos: el olor se cuela por la ventana y a ti se te abre el apetito. Algo similar ocurre con las plantas; ese chispazo aromático pone en alerta a la hoja de al lado, que prepara sus defensas antes de ser mordisqueada.

Chasquidos en la noche

No todo es olor. Investigadores de Tel Aviv grabaron a tomates sedientos soltando chasquidos ultrasónicos —demasiado agudos para nuestros oídos, pero perfectamente audibles para las polillas— y descubrieron que las hembras evitaban poner huevos en las plantas “ruidosas” (Reuters). Este hallazgo revienta la vieja creencia de que el reino vegetal es mudo.

Un día regué tarde mi monstera y, bromeando, pegué la oreja al tallo. No oí nada, claro, pero desde entonces me pregunto cuántas “palabras” perdemos simplemente por no portar el equipo adecuado.

El telégrafo interno: señales eléctricas

Dentro del tallo circulan impulsos eléctricos comparables —salvando las distancias— a pequeñas descargas neuronales. En cuestión de segundos, un pinchazo de oruga activa alertas en hojas distantes que elevan defensas químicas casi al instante. Un repaso de 2023 resumía cómo estos picos eléctricos coordinan respuestas ante insectos y hasta herbicidas, dibujando la imagen de verdaderos “circuitos verdes” (PMC).

Piensa en el zumbido de tu móvil cuando recibes un mensaje urgente: las plantas tienen su propio vibrador interno, solo que funciona con iones y membranas celulares.

Internet bajo tierra: la red micorrízica

En mi opinión, tanto el romanticismo como el escepticismo tienen su encanto: la próxima vez que camines por un encinar, imagina el tráfico de azúcares y fósforo corriendo justo bajo tus botas.

¿Para qué nos sirve entender sus charlas?

Una invitación a mirar distinto



☞ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí

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