La "bajona" tras la comida. Este patrón sugiere que nuestro cerebro funciona mejor a media mañana, y mantiene ese rendimiento hasta la hora de comer. La explicación la encontramos en la combinación de factores biológicos como los ritmos circadianos, que regula la energía y los estados de alerta durante el día liberando más o menos melatonina al organismo para inducir el estado de sueño o activar los mecanismos de alerta y atención.
Los investigadores hipotetizan que la función cognitiva sigue esta curva horaria de forma natural, mejorando hasta el mediodía y disminuyendo después de comer, lo que coincide con la sensación de sopor tras la comida. Después del almuerzo, hay un pequeño aumento en la melatonina que puede provocar somnolencia y menor rendimiento.
Siestas revitalizadoras. De acuerdo con lo publicado por Harvard Health Publishing, una siesta corta después de comer puede mejorar la concentración y el estado de alerta si dura entre 10 y 30 minutos. Según las investigaciones al respecto, este tipo de siestas incrementan la alerta en más de un 50% y la competencia en más de un 30% comparado con quienes no la hacen.
Sin embargo, la duración es clave, y dormir más de la cuenta puede ser contraproducente. El estudio analizó el comportamiento de adultos mediterráneos y observaron que hacer una siesta corta de menos de 30 minutos se asocia con una menor probabilidad de presión arterial alta (21%), mientras que las siestas largas (más de 30 minutos) están ligadas a mayor riesgo metabólico y cardiovascular (41%), así como a mayor perímetro de cintura y glucemia. Por lo que, una breve siesta tras la comida, contribuye a energía y mantener la agudeza mental por la tarde.
Imagen | Unsplash (Sinitta Leunen)
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La noticia La ciencia ha descubierto cuál es la mejor hora del día para estar más concentrado y tomar mejores decisiones: a mediodía fue publicada originalmente en Xataka por Rubén Andrés .
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