7 de octubre de 2025

La gente que mató al gato de Schrödinger: hace 40 años tres investigadores se empeñaron en desdibujar las fronteras de la física cuántica, hoy han ganado el Nobel

La gente que mató al gato de Schrödinger: hace 40 años tres investigadores se empeñaron en desdibujar las fronteras de la física cuántica, hoy han ganado el Nobel

Nadie entiende al pobre Erwin. Lo interesante de todo esto es que, pese a que se ha usado hasta el hartazgo para ilustrar la idea de superposición cuántica, Schrödinger lo usó para demostrar lo absurdo que resultaba aplicar categorías de la mecánica cuántica al mundo real (macroscópico). Para el físico austriaco, el dichoso gato estaría vivo o muerto independientemente de que abriéramos la caja o no.

Pero... ¿y si no es así? Sin embargo, medio siglo después de todo esto, había un grupo de investigadores de la Universidad de Berkeley que no lo tenían tan claro. Desde hacía algunos años se sabía que nos faltaba una pieza clave para entender el proceso de desintegración molecular. 

Es decir, "la capacidad de las partículas individuales para desintegrarse es bien conocida" (esta es, por ejemplo, el hecho físico que hay detrás del carbono-14); lo que ocurre es que según lo que sabíamos sobre la física, eso no podía ser. Las partículas no debía de desintegrarse. 

Entre 1984 y 1985, John Clarke, Michel H. Devoret y John M. Martinis realizaron una serie de experimentos con un circuito eléctrico cerrado con superconductores y demostraron que, bueno, Schrödinger se equivocaba.

¿Cómo que se equivocaba? Como digo, la intención del experimento mental del gato era "demostrar lo absurdo de esta situación, ya que las propiedades especiales de la mecánica cuántica suelen desaparecer a escala macroscópica. Las propiedades cuánticas de un gato completo no pueden demostrarse en un experimento de laboratorio".

Sin embargo, desde que estos investigadores tuvieron éxito en demostrar que las extrañísimas propiedades del mundo cuántico pueden verse también en un sistema más grande, nada de esto está tan claro.

Esto lo explica muy bien gente como Anthony Leggett porque, aunque "un sistema macroscópico compuesto por numerosos pares de Cooper sigue siendo muchos órdenes de magnitud más pequeño que un gatito", la clave del experimento es que "existen fenómenos que involucran un gran número de partículas que, en conjunto, se comportan tal como predice la mecánica cuántica". 

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La noticia La gente que mató al gato de Schrödinger: hace 40 años tres investigadores se empeñaron en desdibujar las fronteras de la física cuántica, hoy han ganado el Nobel fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .



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