20 de octubre de 2025

Meta ahora quiere ver tus fotos sin publicar: así funciona su nueva función de IA en Facebook

Esta característica es opcional, pero al activarla le das permiso a Meta para que suba automáticamente tu contenido sin publicar a la nube de la empresa. Luego, su IA analiza ese material para ofrecerte sugerencias creativas, como ediciones automáticas o collages listos para compartir. La idea parece inofensiva: ayudarte a rescatar buenos recuerdos que podrías haber olvidado. Pero el movimiento también abre interrogantes sobre privacidad, uso de datos y entrenamiento de modelos de inteligencia artificial.

Dónde está el límite entre asistencia y vigilancia

La clave está en los matices. Meta asegura que no utilizará el contenido de tu carrete para entrenar sus modelos de IA… a menos que edites esas sugerencias con las herramientas de IA de Facebook, o decidas compartirlas. Es decir, mientras tus fotos permanezcan solo como material analizado para darte recomendaciones, no se usarán para entrenar los modelos. Pero en cuanto interactúas activamente con la edición o publicación, se activa el permiso implícito de uso para mejora de sus algoritmos.

Este punto ha sido confirmado por la portavoz de Meta, Mari Melguizo, quien aclaró que el contenido subido para hacer sugerencias no se usará con fines de entrenamiento, salvo que el usuario lo edite o comparta. Aquí entra en juego la definición de consentimiento: ¿cuántos usuarios comprenden exactamente lo que implica «editar» con una IA? Una simple mejora automática de iluminación podría convertirse en una cesión de datos sin que el usuario sea consciente.

El almacenamiento en la nube y sus implicaciones

Meta indica que las fotos y videos seleccionados serán subidos de forma continua a su nube. Y aunque afirman que no se usarán para publicidad, ni se conservarán por tiempo indefinido, tampoco hay garantías claras sobre el periodo de almacenamiento. Ya en junio, la empresa admitió que podría conservar ciertos datos más allá de los 30 días establecidos inicialmente.

Esto recuerda a la vieja analogía de dejar una copia de las llaves de tu casa a alguien para que «te eche una mano con la limpieza». Puede que su intención sea ayudarte, pero también podría mirar en cajones donde no pensabas que alguien más entraría. Aunque el proceso sea voluntario, muchos usuarios activan funciones sin leer completamente las condiciones, confiando en la interfaz amigable.

Una estrategia para entrenar a la IA con datos más personales

Desde el año pasado, Meta ya ha entrenado sus modelos de inteligencia artificial con contenido público compartido por adultos en Facebook e Instagram desde 2007. El paso que ahora propone es otro nivel: acceder a contenido que el usuario nunca tuvo intención de hacer público.

La compañía está, en la práctica, invitando a que se le abra la puerta a entrenar sus modelos con tus fotos más personales, siempre que elijas usar sus herramientas de edición. Y aquí entra un factor emocional: muchos usuarios se sienten más inclinados a compartir fotos que «lucen mejor» gracias a un retoque automático. Sin darse cuenta, podrían estar alimentando a la IA con retratos familiares, mascotas, viajes y momentos cotidianos que nunca planearon usar como datos de entrenamiento.

Una ayuda creativa con condiciones

Meta presenta esta función como una solución para quienes tienen muchas fotos pero poco tiempo o habilidades de edición. El sistema sugiere mejoras o creaciones automáticas para que publicar en redes no se sienta como una tarea pesada. Desde este enfoque, puede ser una herramienta muy úctil.

Pero también es un ejemplo claro de cómo las grandes tecnológicas integran funciones que parecen beneficiosas, mientras recogen datos de valor incalculable. Y aunque en este caso la acción sea voluntaria, también es evidente que Meta está moviendo las líneas de lo que considera «consentimiento informado».

Falta de transparencia en la comunicación al usuario

Una de las grandes dudas es si Facebook mostrará con claridad en la interfaz que este proceso implica la posibilidad de alimentar su IA. La captura publicada por la compañía menciona que se permitirá el «procesamiento en la nube para obtener ideas creativas», pero no aclara si eso implica el uso de esos datos para entrenamiento.

Y aquí es donde el diseño de interfaz puede jugar un papel decisivo. Si el mensaje no es claro, muchos podrán aceptar sin saber exactamente a qué le están dando acceso. Una notificación ambigua puede parecer inofensiva, pero sus implicaciones pueden ser profundas.

Entre utilidad y preocupación

La idea de rescatar buenas fotos olvidadas suena atractiva. Pero también plantea una pregunta incómoda: ¿cuánto estamos dispuestos a ceder por comodidad? Al permitir que una IA entre en nuestra galería personal, estamos cruzando un umbral nuevo. Aunque sea con buenas intenciones, el control sobre lo que se analiza, almacena y entrena puede escaparse de nuestras manos.

Meta está trazando una nueva línea en la arena entre privacidad y personalización. Y como usuarios, el reto es mantenernos informados para decidir conscientemente si queremos cruzarla.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

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