18 de septiembre de 2013

Jefe de espionaje gringo modeló su cuarto de guerra a partir del Enterprise de Star Trek

Vía Yorokobu

El general Keithn Alexander, posiblemente el hombre más poderoso del mundo (ciertamente el que más información tiene disponible), parece estar jugando un juego de poder que borra las fronteras entre la ficción y la realidad, materializando en más de una forma ideas que pertenecían a la ciencia ficción.

Según revela un nuevo artículo de Foreign Policy, una de las formas en las que Alexander logró convencer a los legisladores para lanzar su masivo sistema de vigilancia digital PRISM, y para obtener fondos para igualmente masivos centros de espionaje, fue “hacerlos sentir que eran Jean-Luc Picard, capitán de la naves espacial USS Enterprise de la serie “Star Trek: Next Generation”.

Cuando estaba manejando la Inteligencia del Ejército y los Comandos de Seguridad, Alexander llevó a muchos de sus futuros aliados a Fort Velvoir para un tour de su centro de operaciones, un complejo llamado Information Domination Center. Había sido diseñado por un diseñador de escenarios de Hollywood mimetizando el puente de la nave Enterprise de Star Trek, con todo y paneles, estaciones de computo,  un monitor de TV gigante en la pared central y puertas que hacían un sonido espacial cando se abrían o cerraban. Los legisladores y otros importantes oficiales tomaban turnos sentándose en la silla de cuero del “capitán”  en el centro de la habitación y veían a Alexander, un amante del cine de ciencia-ficción, mostrarles sus herramientas de data en la pantalla… “Todos querían sentarse en la pantalla al menos una vez y fingir que eran Jean Luc Picard”, dijo un oficial retirado.

Sin duda Alexander estaba consciente de la inportancia de la forma en la que se presentan las cosas y de la influencia que el cine tiene en la mente de las personas. Así invitaba a la élite militar y legislativa de Washington a un power trip cósmico al vórtice de la data, haciéndolos sentir que eran parte de algo más grande, de una empresa épica. Al mismo tiempo hacía realidad otra historia de ciencia ficción, la distopia por antonomasia, 1984, la historia de Big Brother.

Anteriormente, en este artículo, analizamos la posibilidad de que Keith Alexander sea el hombre más poderoso del mundo, con el juguete más poderoso de la historia, el nuevo J. Edgar Hoover, en búsqueda de una especie de holodeck panóptico en el que pueda ver todo el mundo en tiempo real.




☛ El artículo completo original de The Clinic Online lo puedes ver aquí

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