¿Qué es el juego de «Hounds and Jackals»?
El juego descubierto, conocido como Hounds and Jackals (Sabuesos y Chacales), es un juego de carrera, similar a juegos modernos como el Ludo o Serpientes y Escaleras. El objetivo del juego es simple: dos jugadores compiten moviendo piezas a lo largo de un tablero con el fin de ser los primeros en llegar al final del recorrido. Este juego se caracteriza por tener 58 agujeros dispuestos en un patrón específico, de ahí que también se le conozca como «Fifty-Eight Holes«.
Lo más intrigante es que los arqueólogos han encontrado estos tableros en una amplia gama de contextos sociales. Desde las tumbas de la nobleza en Egipto hasta cuevas utilizadas por pastores de ganado en Azerbaiyán, lo que sugiere que este juego era popular entre diferentes clases sociales y probablemente jugaba un papel importante en la interacción social.
Un hallazgo que desafía los orígenes
Hasta hace poco, los expertos pensaban que este juego se originó en Egipto, basándose en el descubrimiento más antiguo conocido, que data de aproximadamente 2000 a.C. y fue hallado en la tumba de un funcionario del gobierno egipcio. Sin embargo, las nuevas excavaciones en sitios como la península de Abşeron y la reserva de Gobustán en Azerbaiyán sugieren que el juego pudo haber surgido en Asia sudoccidental y no necesariamente en Egipto, como se creía.
Arqueólogos como Walter Crist de la Universidad de Leiden y Rahman Abdullayev de la Sociedad Histórica de Minnesota, han encontrado seis diseños de este juego tallados en rocas, lo que indica que el juego ya existía en esa región en la misma época que el más antiguo descubierto en Egipto. ¿Podría esto significar que el juego fue inventado en esta parte del mundo y no en Egipto? Aunque es difícil afirmarlo con certeza, los hallazgos sugieren que los orígenes del juego son más complejos de lo que pensábamos.
Juegos como conectores sociales
Lo más fascinante de este descubrimiento es lo que nos dice sobre las interacciones humanas en la antigüedad. Los arqueólogos creen que juegos como Hounds and Jackals no solo servían para el entretenimiento, sino que también ayudaban a conectar a las personas, independientemente de su estatus social. Por ejemplo, en Çapmalı, el tablero fue encontrado en una cueva que servía como refugio invernal para pastores de ganado, mientras que en Yeni Türkan y Dübəndi, los tableros se encontraron en tumbas de personas adineradas.
Este contraste sugiere que el juego tenía la capacidad de cruzar fronteras sociales, uniendo a diferentes grupos de personas a través de algo tan simple como mover piezas en un tablero. De hecho, los investigadores argumentan que este tipo de juegos funcionaba como «lubricante social», facilitando las interacciones y ayudando a generar confianza entre personas de distintos orígenes.
Juegos: una tradición ancestral
Lo que más llama la atención es cómo, a lo largo de la historia, los juegos de mesa han sido utilizados para unir a las personas. Si lo piensas, esto no es muy diferente de lo que sucede hoy en día. Tal vez recuerdes una tarde de juegos con amigos o familiares, o incluso una partida con personas que apenas conocías. Los juegos tienen una forma única de crear conexiones, y parece que esto ha sido así durante miles de años.
En WWWhat’s new, hemos explorado cómo la tecnología y la cultura están transformando el mundo, pero este descubrimiento nos recuerda que algunas cosas nunca cambian. Al igual que los antiguos pastores y la nobleza de hace 4.000 años, seguimos utilizando los juegos para interactuar y forjar lazos con quienes nos rodean.
¿Qué significa este hallazgo?
El descubrimiento de estos tableros en Azerbaiyán no solo desafía nuestras ideas sobre los orígenes de los juegos, sino que también subraya su importancia como herramienta social. Desde los trabajadores que construyeron las pirámides en Egipto hasta los comerciantes asirios en Anatolia, el juego de Hounds and Jackals parece haber sido un fenómeno ampliamente compartido. No importa si eras un pastor en una cueva o un noble en su tumba: los juegos unían a las personas y, en cierto sentido, siguen haciéndolo.
A medida que continúan las investigaciones, es probable que descubramos más sobre este fascinante juego y el papel que desempeñaba en la vida cotidiana de las antiguas civilizaciones. Quizás lo más sorprendente es darnos cuenta de que, aunque hayan pasado miles de años, seguimos encontrando en los juegos una forma de conectar con los demás, igual que nuestros antepasados.
☞ El artículo completo original de Juan Diego Polo lo puedes ver aquí
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