El origami es el arte japonés de doblar un papel para crear figuras sin usar tijeras ni pegamento. A través de la precisión en los pliegues en una simple hoja se logra diseñar estructuras únicas. A raíz de este arte milenario, el arquitecto Adrian James ha logrado diseñar una casa de cobre, dando lugar a su casa Copper Bottom.
Sobre una colina, la casa está erigida con pliegues geométricos que combinan estética y funcionalidad. Esta vivienda no solo desafía las normas convencionales con su estructura y revestimiento metálico, sino que también encarna una visión sobre la posibilidad de vivir en un central eléctrica.
En corto. El arquitecto Adrian James ha diseñado una casa que combina un diseño audaz con eficiencia energética. De hecho, Copper Bottom genera más energía de la que consume.
Junto a su esposa, Sarah Shekleton, decidieron dejar su hogar en el centro de Oxford para construir una casa en una colina. Además, como arquitecto, quería demostrar cómo un diseño vanguardista podía integrar sostenibilidad y confort.
¿Cómo una central eléctrica? Ubicada cerca del cinturón verde de la ciudad, sobre una colina, puede ver el estilo arquitectónico tanto románico como gótico tan característico de la ciudad. Sin embargo, esta casa verde, que tardó 13 meses en construirse, difiere muchísimo de estos estilos y funcionalidad.
El arquitecto buscaba eficiencia energética por lo que el techo de Copper Bottom cuenta con 37 paneles solares, una batería de 20 kWh y una bomba de calor de fuente de aire. La infraestructura de la casa es de cobre reciclado, lo que ayuda a aislar el sol en verano y permite el paso del calor en invierno, Además, la forma de la vivienda también cumple una función, gracias a su forma angular bloquea el sol en verano y deja pasar la luz en invierno, evitando el sobrecalentamiento sin necesidad de aire acondicionado; con su forma de cubo, optimiza el aislamiento térmico y reduce el desperdicio de materiales.
Impacto económico. El costo de construcción de la casa fue de aproximadamente 1,25 millones de libras esterlinas (alrededor de 1,55 millones de euros), un presupuesto que cubrió tanto el terreno como la edificación. Un precio bastante alto si se tiene cuenta los 37 paneles solares y la bomba de calor. No obstante, esta autosuficiencia energética se traduce en un ahorro significativo en las facturas de electricidad y calefacción, lo que hace que la inversión inicial sea más viable a largo plazo.
Sin embargo, si tenemos que hablar de una recuperación de la inversión, se estima que la deuda de carbono se amortizará entre 10 a 15 años, un período que depende de la eficiencia de los sistemas energéticos y la cantidad de energía que se inyecte en la red. Además, la casa no solo reduce los costos operativos sino que también puede generar ingresos adicionales al vender el excedente de energía a la red eléctrica, ofreciendo una recuperación económica tangible a largo plazo.
Pero, ¿no es peligroso? Según el arquitecto, la estructura de paneles aislantes y el cobre reciclado la hacen resistente y duradera. Además, el cobre no se corroe con el tiempo, lo que significa que la casa no necesitará mantenimiento en décadas.
Imagen | Adrian James
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La noticia La "central eléctrica habitable": la casa que se autoabastece de energía con su estructura, cobre y paneles solares fue publicada originalmente en Xataka por Alba Otero .
☞ El artículo completo original de Alba Otero lo puedes ver aquí
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