23 de abril de 2025

Curiosity encuentra en Marte la pieza que faltaba para entender su pasado habitable

Un descubrimiento enterrado bajo capas de tiempo

La misión de Curiosity siempre ha sido clara: responder si Marte alguna vez fue un planeta capaz de albergar vida. Para ello, analiza capas de roca que se formaron hace miles de millones de años, en busca de señales químicas de agua, carbono y otros elementos esenciales.

Recientemente, Curiosity realizó un hallazgo significativo en el Monte Sharp, una montaña situada en el cráter Gale. En esta zona, rica en sulfatos, el rover extrajo muestras que revelaron una alta concentración de siderita, un mineral de carbonato de hierro. Este detalle es más importante de lo que parece: podría ser la prueba más sólida hasta ahora de que Marte tuvo una atmósfera densa de dióxido de carbono y agua líquida en su superficie, condiciones necesarias para la vida tal como la conocemos.

¿Por qué es tan importante encontrar siderita?

En la Tierra, cuando el agua interactúa con dióxido de carbono, se forman minerales de carbonato. Por eso, si Marte tuvo ambos elementos en el pasado, los científicos esperaban encontrar depósitos significativos de carbonatos en su superficie. Sin embargo, durante años, las misiones anteriores solo habían detectado pequeñas cantidades, insuficientes para confirmar esta teoría.

La siderita hallada por Curiosity llena ese vacío. Su presencia indica que, efectivamente, existieron las condiciones necesarias para la formación de estos minerales, y por ende, para un entorno habitable.

Como lo explicó Benjamin Tutolo, autor principal del estudio y profesor en la Universidad de Calgary, este descubrimiento es clave para entender cómo Marte pasó de ser un planeta cálido y húmedo, a uno seco y frío como lo es hoy.

El pasado atmosférico de Marte: una transformación radical

Hace unos 3.500 millones de años, Marte probablemente tenía una atmósfera más espesa, rica en dióxido de carbono, que ayudaba a mantener el planeta lo suficientemente cálido como para que existiera agua líquida en la superficie. Sin embargo, con el tiempo, esa atmósfera fue perdiéndose.

Lo interesante de este hallazgo es que apunta a un mecanismo por el cual ese dióxido de carbono atmosférico desapareció: fue absorbido por las rocas en forma de minerales como la siderita. Es decir, parte de la atmósfera marciana literalmente se volvió piedra.

Este proceso no solo enfrió al planeta, sino que también lo volvió menos habitable. Al perder su atmósfera, Marte perdió también su capacidad para retener el calor, y con ello, el agua en estado líquido.

La técnica detrás del hallazgo

Curiosity no es solo un robot con ruedas, es también un laboratorio ambulante. Para analizar el subsuelo marciano, el rover utiliza un taladro montado en su brazo robótico que penetra entre 3 y 4 centímetros en la roca. Luego, deposita el polvo resultante en su instrumento CheMin, que emplea difracción de rayos X para identificar la composición mineral de las muestras.

Como explicó Thomas Bristow, científico de la NASA y coautor del estudio, perforar el suelo marciano es como hojear un libro de historia. Cada capa ofrece pistas sobre las condiciones del planeta en épocas pasadas.

¿Por qué no se había encontrado antes?

Una de las grandes preguntas es por qué otros instrumentos y misiones no habían detectado estos minerales con anterioridad. La respuesta está en la ubicación: la siderita estaba oculta bajo la superficie, en una zona rica en sulfatos que probablemente la enmascaraba ante los sensores de los satélites en órbita.

Esto implica que puede haber más depósitos similares en otras regiones de Marte, invisibles desde el espacio pero accesibles con instrumentos de superficie como los de Curiosity. Si eso se confirma, significaría que las condiciones para la vida podrían haber sido más comunes de lo que se pensaba.

Marte y la Tierra: caminos opuestos

Uno de los aspectos más fascinantes de este estudio es cómo resalta las diferencias evolutivas entre la Tierra y Marte. Ambos planetas tuvieron condiciones similares hace unos 3.500 millones de años, pero mientras la Tierra se mantuvo habitable, Marte perdió esa capacidad.

Edwin Kite, profesor de ciencias geofísicas en la Universidad de Chicago y coautor del estudio, señala que este hallazgo nos ayuda a entender mejor por qué los caminos de ambos planetas se separaron. Es como si Marte hubiera tenido un buen comienzo, pero luego se hubiera quedado sin los recursos necesarios para mantener la vida.

Qué significa esto para futuras misiones

Este descubrimiento no solo ayuda a comprender el pasado de Marte, sino que también ofrece pistas valiosas para futuras misiones. Ahora sabemos que los carbonatos pueden estar presentes en zonas ricas en sulfatos y que podrían estar ocultos bajo la superficie. Eso ayudará a los científicos a redefinir los lugares más prometedores para explorar.

Además, entender cómo Marte perdió su atmósfera puede darnos información crucial para proteger la nuestra. Saber qué procesos convierten el dióxido de carbono atmosférico en roca puede resultar útil para investigar soluciones frente al cambio climático.

Un paso más hacia responder la gran pregunta

En última instancia, este hallazgo es una pieza clave en el rompecabezas de la vida fuera de la Tierra. Aunque no prueba que hubo vida en Marte, sí confirma que el planeta tuvo las condiciones adecuadas para que la vida pudiera surgir. Eso por sí solo ya es un descubrimiento extraordinario.

Curiosity, ese pequeño robot que sigue avanzando pacientemente por un mundo hostil, ha demostrado una vez más que las respuestas a los misterios más grandes de la humanidad pueden encontrarse a solo unos centímetros bajo tierra.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

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