Un grupo de investigadores ha revelado que esta variedad obedece, en la mayoría de los casos, a una ley de crecimiento conocida como «la cascada de potencias», una fórmula que ha modelado no solo los picos de las aves actuales, sino también los de sus antepasados dinosaurios.
¿Qué es la “cascada de potencias”?
Para comprender este hallazgo, imaginemos cómo se afila un lápiz. A medida que lo sacamos punta, el grosor del lápiz se reduce progresivamente desde la base hacia la punta. Esta disminución de grosor sigue una proporción específica. De forma similar, la «cascada de potencias» describe cómo se ensancha una estructura puntiaguda desde su extremo hasta su base.
Este patrón matemático no solo aplica a picos: también se ha observado en dientes, cuernos, pezuñas y conchas. Es una regla sencilla pero poderosa que ayuda a explicar cómo la naturaleza moldea estas estructuras a lo largo del tiempo y a través de diferentes especies.
Un patrón que se remonta a los dinosaurios
Para comprobar la validez de esta regla en los picos de las aves, los investigadores analizaron 127 especies de dinosaurios terópodos, un grupo que incluye al famoso Tyrannosaurus rex y también a los ancestros de las aves modernas. Lo sorprendente fue que en el 95% de los casos, la forma del hocico o pico seguía la cascada de potencias.
Esto sugiere que esta fórmula no es exclusiva de las aves, sino que podría haber regido la forma del hocico en todos los vertebrados, desde reptiles hasta mamíferos y peces. Es como encontrar una receta secreta que la evolución ha utilizado una y otra vez.
La evolución del pico: una historia de transformación
Durante millones de años, diversos linajes de dinosaurios perdieron sus dientes y sus hocicos se transformaron en estructuras similares a picos. Este fenómeno ocurrió al menos seis veces de forma independiente entre los terópodos. Sin embargo, solo un grupo de estos dinosaurios con pico logró sobrevivir al gran evento de extinción hace 66 millones de años: el que daría lugar a las aves actuales.
Este evento fue un punto de inflexión. Las aves, al adaptarse a nuevos entornos tras la extinción, desarrollaron una asombrosa diversidad de formas de pico. A pesar de ello, la mayoría de esos picos aún siguen las proporciones dictadas por la cascada de potencias, lo que demuestra su versatilidad.
Del colibrí al avestruz: una misma regla, distintos propósitos
Aunque puedan parecer completamente diferentes, el pico curvo de un flamenco, el recto de un avestruz y el afilado de un halcón comparten una geometría común. Todos cumplen funciones específicas: filtrar agua, desgarrar carne o recolectar néctar. Pero el secreto está en cómo se distribuye su volumen desde la base hasta la punta, siguiendo ese patrón matemático.
Este fenómeno se puede comparar con una receta básica de pan que, con ligeras variaciones, da lugar a baguettes, panes redondos o integrales. La base es la misma, pero el resultado se adapta a cada necesidad.
¿Qué pasa con los “rebeldes” de la naturaleza?
Por supuesto, toda regla tiene sus excepciones. Algunos pájaros, como la espátula común (Eurasian spoonbill), presentan picos que no se ajustan a la cascada de potencias. Este pájaro, con su pico en forma de cuchara, se alimenta tamizando el barro en busca de pequeños animales acuáticos. Su estrategia de alimentación tan especializada probablemente llevó a que su pico evolucionara de forma diferente.
Estos casos fuera de la norma no invalidan la regla; al contrario, la hacen aún más significativa. Son como notas disonantes en una melodía que, por contraste, destacan la armonía general.
Una regla con aplicaciones futuras
Ahora que sabemos que esta regla de crecimiento está presente en la mayoría de las aves y dinosaurios, los investigadores planean estudiar cómo se manifiesta durante el desarrollo de un ave, desde que es un polluelo hasta que llega a la adultez.
Esto abre nuevas puertas para entender cómo se forman otras estructuras biológicas y cómo la evolución puede reutilizar las mismas herramientas matemáticas en distintos contextos. También podría tener implicaciones en biotecnología, paleontología e incluso robótica, al diseñar estructuras inspiradas en la naturaleza.
¿Por qué es importante conocer estas reglas?
A simple vista, la forma de un pico puede parecer una curiosidad sin mayor relevancia. Pero cuando entendemos que obedece a un principio matemático universal, estamos ante algo mucho más profundo: una forma de ver cómo la vida encuentra soluciones eficientes y reutiliza fórmulas exitosas a través del tiempo y la diversidad de especies.
Es como si la naturaleza tuviera su propio “manual de diseño” y esta regla fuera uno de sus capítulos más usados.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
No hay comentarios.:
Publicar un comentario