Algo llamado ‘huesos de Napier’ que parece un dominó, pero que acercó las operaciones matemáticas a más gente.
John Napier. A este escocés le interesaban muchas cosas. Su familia estaba más que asentada y, como buen hijo de pudientes, asistió a la Universidad de Saint Andrews a los 13 años. No duró mucho, pero no porque quisiera dejar los estudios, sino porque se fue a otras universidades de Francia, Italia o Flandes. Se pasó la vida viviendo de castillo en castillo, donde dio rienda suelta a varias de sus pasiones.
Su mayor aporte es el comentado Mirifici Logarithmorum Canonis Descriptio en el que definió los logaritmos actuales en 1614, pero antes y después publico otros tratados del campo de las matemáticas en los que exploraba la forma de simplificar las tareas de cálculo. Y no sólo teorizó sobre las mismas o impulsó la coma en los decimales: creó herramientas para solventar esos cálculos de forma más sencilla.

Los huesos de Napier. En 1617, poco antes de morir, el matemático inventó una herramienta manual enfocada a facilitar algunas operaciones más complejas, como la multiplicación y la división, pero también las raíces cuadradas. Se trató de un conjunto de varillas rectangulares en las que se grababan las tablas de multiplicar, además de un tablero con huecos para las varillas y con las cifras del 1 al 9 dispuestas en forma vertical en la parte izquierda.
Al colocar estas varillas una al lado de las otras, se reducían las operaciones de multiplicaciones y divisiones a simples sumas y restas, respectivamente. Originalmente, se fabricaron en metal o madera, sobre todo, pero también se podían construir estas varillas en marfil, y un juego completo incluía 10 varillas para representar los números del 0 al 9.
¿Qué? Vale, como ocurre con las matemáticas, veamos ejemplos. Uno muy sencillo se ve con la multiplicación, porque así no necesitamos memorizar las tablas. Si queremos saber cuánto es 2 x 6, simplemente buscamos la fila 2 de la derecha y la varilla que empieza por 6 y vemos qué número hay en el cuadrante: el 12. Si queremos hacer un 8 x 8, repetimos el proceso y vemos que tenemos un 64.

Si hacemos una operación más compleja, como 46785399 x 7, colocamos las varillas correspondientes a ese número (la que empieza por 4, la que comienza por 6 y así sucesivamente) una al lado de la otra de izquierda a derecha y nos fijamos en el número que sale en la fila 7, que es por la que queremos multiplicar.

Ahora, de derecha a izquierda, vamos colocando los números que aparecen unidos en la casilla diagonal: 327497793. Matemáticos posteriores mejoraron el sistema al crear un tablero con una inclinación de 65º que mejoraba la identificación visual de esa fórmula, pero los ‘huesos de Napier’ fueron una revolución al acercar ese cálculo matemático más complejo a personas sin estudios superiores. Lo único que había que aprender era la regla de la multiplicación y la división con el sistema del tablero.

Una joya. Muriendo en 1617, es complicado que Napier viera la trascendencia de su obra tanto teórica como práctica, pero hoy sus fundamentos logarítmicos se siguen empleando, también la coma de los decimales, un cráter lunar lleva su nombre y ese ábaco neperiano es una de las joyas del Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
No se sabe quién lo fabricó, pero se trata de un estuche de madera de un tamaño considerable con 30 cajones en los que se guardan las fichas de los dos ábacos diseñados por el matemático. Uno de ellos formado por 60 varillas numeradas construidas en hueso y el segundo, llamado 'promptuario', compuesto por 300 fichas lanas numeradas y perforadas para realizar multiplicaciones.

Y es como una megachuleta, ya que en las puertas de las cajas se encuentran las primeras potencias de los números dígitos, los coeficientes de las primeras potencias del binomio y los datos numéricos de los poliedros regulares. Curioso que las calculadoras, aparte de ser objetos con un fin concreto, se han convertido en algunos casos en auténticas obras de arte. Que se lo digan a la Divisumma.
Imágenes | Maksim, Willy, Luis García, Kim Traynor, The wub
-
La noticia Los 'Huesos de Napier' parecen un dominó, pero son el eslabón entre el ábaco y la calculadora moderna fue publicada originalmente en Xataka por Alejandro Alcolea .
☞ El artículo completo original de Alejandro Alcolea lo puedes ver aquí
No hay comentarios.:
Publicar un comentario