22 de junio de 2025

Un sencillo análisis de sangre podría detectar el cáncer hasta tres años antes de que aparezcan los síntomas

El reto de detectar el cáncer a tiempo

El mayor enemigo del tratamiento del cáncer es el tiempo. A menudo, los tumores se detectan cuando ya han avanzado demasiado, haciendo que las opciones terapéuticas sean más complejas y menos efectivas. En cambio, si se identifican en etapas iniciales, los tumores tienden a ser más pequeños, menos agresivos y más tratables. Sin embargo, diagnosticar el cáncer antes de que los pacientes presenten síntomas ha sido un desafío constante.

El potencial de un análisis de sangre precoz

El estudio se basó en una prueba denominada MCED (Detección Temprana de Cáncer Múltiple, por sus siglas en inglés), que examina muestras de sangre en busca de alteraciones genéticas asociadas a tumores. El foco está en el ADN tumoral circulante (ctDNA), pequeños fragmentos de ADN que los tumores desprenden de forma natural y que terminan en el torrente sanguíneo. Detectar estas señales es como buscar una aguja en un pajar: las concentraciones son muy bajas, especialmente en las primeras fases del cáncer.

Cómo se realizó el estudio

Los investigadores analizaron muestras de sangre de 52 personas, dividiéndolas en dos grupos:

  • 26 pacientes que fueron diagnosticados con cáncer en los seis meses posteriores a la recolección de la muestra.
  • 26 personas que no desarrollaron cáncer.

La prueba MCED logró identificar signos de cáncer en ocho de los 26 pacientes que finalmente fueron diagnosticados, lo que representa una tasa de detección del 31%. Aunque esta cifra podría parecer modesta, lo realmente revelador es que seis de esas ocho personas tenían muestras de sangre almacenadas de hace más de tres años, y en cuatro de esos casos se encontraron señales claras de ctDNA.

Qué significa encontrar el cáncer con tanta antelación

Detectar el cáncer con tres años de anticipación abre una ventana crucial para intervenir antes de que el tumor se vuelva peligroso. Como explicó la investigadora Yuxuan Wang, este margen de tiempo podría ser clave para realizar tratamientos más efectivos y menos invasivos.

Los investigadores notaron que el ctDNA estaba presente en niveles hasta 80 veces inferiores al límite que los métodos actuales pueden detectar. Esto indica que los tumores comienzan a liberar estas señales en sangre mucho antes de que el cuerpo muestre signos evidentes de la enfermedad. Por eso, el desafío ahora es mejorar la sensibilidad de los test para captar esas pistas microscópicas.

Las limitaciones actuales y el camino por recorrer

A pesar de los resultados alentadores, la tecnología todavía no está lista para implementarse de forma masiva. El Dr. Bert Vogelstein, investigador principal del estudio, advirtió que aún queda trabajo por hacer para alcanzar la sensibilidad necesaria. Saber qué buscar ya es un avance, pero identificarlo con fiabilidad requiere perfeccionar los métodos actuales.

Otro punto crítico es qué hacer cuando un test de sangre da positivo. El Dr. Nickolas Papadopoulos del Centro Ludwig explicó que un resultado positivo debería ir seguido de pruebas complementarias como biopsias, estudios por imagen u otros análisis específicos, para confirmar el diagnóstico y determinar el tratamiento adecuado.

Un futuro prometedor para la detección precoz

Este hallazgo no solo aporta esperanza a pacientes y profesionales de la salud, sino que marca una dirección clara para la investigación médica. La posibilidad de diagnosticar cáncer de forma más sencilla, rápida y temprana podría reducir considerablemente la mortalidad asociada a esta enfermedad.

Además, este tipo de pruebas podría utilizarse de forma periódica en poblaciones de riesgo o en programas de salud preventiva, transformando la medicina reactiva en medicina preventiva.




☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí

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