El debate sobre la viabilidad de construir gigantescos centros de datos en órbita llevaba meses calentándose. Es la nueva gran idea de Silicon Valley para solucionar el insaciable apetito energético de la inteligencia artificial. Hasta que, como de costumbre, Elon Musk ha entrado en la conversación con la sutileza de un martillo.
Elon Musk se ha unido al chat. Tras semanas de debate sobre la viabilidad de construir servidores en el espacio, Eric Berger, editor de Ars Technica, argumentaba que acabará siendo una opción más plausible cuando exista la tecnología para ensamblar satélites en órbita de forma autónoma. Fue el momento elegido por Elon Musk para entrar en la conversación.
"Bastará con escalar los satélites Starlink V3, que tienen enlaces láser de alta velocidad", escribió el CEO de SpaceX. "SpaceX lo va a hacer", sentenció. Una frase que probablemente haya caído como un mazazo en las startups que están aprovechando el momentum de la IA para salir en busca de financiación.
¿Por qué narices queremos servidores en el espacio? La idea de mover la computación a la órbita terrestre responde a una crisis muy real: la IA es un monstruo energético, y la demanda de los centros de datos no para de crecer. Ante este panorama, el espacio ofrece dos ventajas que en la Tierra son imposibles:
Eric Schmidt, el ex-CEO de Google, compró la empresa de cohetes Relativity Space precisamente con este fin. Y Nvidia, el rey indiscutible del hardware de IA, ha respaldado activamente a la startup Starcloud, que planea lanzar la primera GPU NVIDIA H100 al espacio este mismo noviembre, con el objetivo de acabar construyendo un monstruoso centro de datos orbital de 5 gigavatios.
Por qué Musk ganaría. La visión de Bezos, Schmidt y Starcloud se enfrenta a dos obstáculos colosales: el coste del lanzamiento y la propia construcción de los servidores. Los cálculos para un centro de datos de 1 GW requerirían más de 150 lanzamientos con la tecnología actual. Y el plan de Starcloud de un array de 4 kilómetros de ancho es una pesadilla logística.
Elon Musk tiene Starship, el cohete gigante del que dependen todos los modelos de negocio de sus competidores para ser rentables. Y no necesita construir un nuevo centro de datos orbital. Solo adaptar y escalar el que ya tiene.
10.000 satélites y subiendo. La constelación Starlink de SpaceX ya no compite contra el internet satelital, va a por la fibra terrestre. La compañía de Musk ya ha lanzado 10.000 satélites y prepara el despliegue de los nuevos satélites V3, diseñados para Starship con enlaces láser de alta velocidad.
Según la propia SpaceX, cada lanzamiento de Starship añadirá 60 terabits por segundo de capacidad a una red que ya es, en la práctica, una malla de computación y datos global. Mientras Starcloud necesita contratar un cohete y ensamblar paneles solares y de refrigeración de 4 km de ancho, Musk simplemente necesita que Starship termine de desarrollarse para seguir lanzando satélites.
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La noticia Construir centros de datos en el espacio era el nuevo negocio de moda. Elon Musk acaba de romperlo con un tuit fue publicada originalmente en Xataka por Matías S. Zavia .
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