Manipulando creencias para ocultar proyectos militares
El informe de 2024 del Departamento de Defensa de EE.UU. negó la existencia de pruebas sobre vida extraterrestre o tecnología alienígena. Sin embargo, dejó fuera algo que ahora sabemos: hubo una estrategia deliberada para alimentar los rumores sobre los ovnis. Esta campaña de desinformación sirvió para desviar la atención de proyectos militares secretos.
Una de las historias más llamativas contadas por el WSJ involucra a un coronel retirado de la Fuerza Aérea que entregó fotos manipuladas de platillos voladores al dueño de un bar cerca del área 51. Las imágenes adornaron las paredes del local y alimentaron los rumores de que el gobierno escondía naves alienígenas. Pero el objetivo real era evitar que se supiera que en esa base se probaban prototipos de aviones como el F-117 Nighthawk, un caza furtivo que representaba una ventaja estratégica frente a la Unión Soviética.
La desinformación como herramienta táctica
No fue un caso aislado. El Pentágono generó y distribuyó documentos falsos para proteger otros programas de armas secretas. Aprovecharon las teorías conspirativas ya existentes para crear una especie de «cortina de humo» que oscureciera información sensible. De esta forma, tanto el público como los servicios de inteligencia extranjeros desviaban su atención hacia lo extraterrestre en lugar de lo realmente estratégico.
Un ejemplo inquietante fue el uso de un generador electromagnético cerca de un silo nuclear. Simulaba un pulso energético con luz anaranjada brillante, que dejó fuera de servicio a los misiles del lugar. Los empleados pensaron que estaban presenciando un ovni, cuando en realidad se trataba de un experimento militar para evaluar vulnerabilidades en sus propios sistemas de defensa.
Secretos incluso dentro del ejército
La campaña de desinformación fue tan sofisticada que incluso algunos militares fueron engañados. El doctor Sean Kirkpatrick, quien dirigió la oficina de Anomalías en Múltiples Dominios (AARO), descubrió que cientos de personas dentro del ejército firmaron acuerdos de confidencialidad y estaban convencidos de que lo que veían o escuchaban era real. Algunos fueron amenazados con prisión o incluso ejecución si hablaban del tema.
Por qué funcionó la estrategia
Este tipo de desinformación funciona porque apela a la curiosidad natural del ser humano y al atractivo del misterio. Si alguien ve luces extrañas en el cielo cerca de una base militar, es más emocionante pensar que se trata de una nave alienígena que aceptar que simplemente están probando un nuevo tipo de radar o dron.
Los rumores sobre ovnis también ayudaron a distraer a potenciales espías extranjeros. Si los soviéticos escuchaban que EE.UU. estaba «trabajando con extraterrestres», podían pasar por alto lo que en realidad estaba ocurriendo: el desarrollo de tecnologías militares de última generación.
La verdad como elemento de poder
Este caso muestra cómo el control de la información puede convertirse en una herramienta de poder. Mientras la opinión pública discutía teorías sobre extraterrestres, el Pentágono avanzaba con tranquilidad en sus proyectos clasificados.
Al tratarse de un tema con gran carga emocional y cultural, los ovnis funcionaron como una pantalla perfecta. Esto plantea el desafío de mejorar la alfabetización mediática para que la población pueda distinguir entre información real, bulos y maniobras de distracción.
La importancia de la transparencia
En épocas donde la información circula a gran velocidad, el acceso a datos verificados y la transparencia institucional son claves para mantener la confianza del público. El hecho de que incluso los propios militares fueran engañados muestra lo complejo del entramado de desinformación creado por el Pentágono.
El segundo informe anunciado por el Departamento de Defensa deberá arrojar más luz sobre las motivaciones, el alcance y los responsables de estas estrategias. Pero la pregunta que queda es si otros gobiernos han seguido tácticas similares.
Los ovnis seguirán siendo parte del imaginario colectivo, pero esta nueva información invita a una reflexión más crítica. Quizá no se trataba de seres de otro planeta, sino de humanos escondiendo sus propias creaciones bajo el velo de lo inexplicable.
☞ El artículo completo original de Natalia Polo lo puedes ver aquí
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